Daniela Fugellie, directora del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado. Fotografía de Anastasia Dittmann

Daniela Fugellie: “existe un consenso en que las mujeres han sido invisibilizadas en las grandes narrativas de la historia de la música”

La musicóloga, doctora en musicología por la Universidad de las Artes de Berlín, Daniela Fugellie, es directora y académica del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado, institución con quienes coorganizamos la quinta edición del prestigioso Concurso de Canto Lírico “Mujeres en la Música”.

Daniela ha desarrollado investigaciones sobre la historia de la música docta latinoamericana de los siglos XX y XXI, las trayectorias musicales entre América Latina y Europa, así como de la historia cultural de la música.

Es miembro fundadora de la red de investigadores Trayectorias: Música entre América Latina y Europa. Participa en los comités editoriales de la Revista Musical Chilena y de Twen-tieth-Century Music. Es miembro de ARLAC/IMS, de la Sociedad Chilena de Musicología y de la Sociedad Alemana de Musicología (GfM), donde es miembro electa de la Comisión de Estudios en el Extranjero.

Quisimos conocer más sobre sus investigaciones y su visión sobre nuestra escena musical, así como la importancia de las mujeres en ella, y la relevancia de un concurso como “Mujeres en la Música” para la construcción de nuestra cultura.

Cómo experta en música docta chilena, ¿Cuál o cuáles han sido a tu juicio los momentos más relevantes en el desarrollo de nuestra historia musical?

Creo que la historia musical chilena en general ha sido muy interesante, con períodos muy diversos como el colonial, donde la música docta se vinculó mayormente a la Iglesia; el siglo XIX, donde comienzan a surgir nuevas instituciones y espacios musicales; y el siglo XX con la profesionalización de los oficios musicales. Personalmente, creo que un período muy relevante lo constituyen las décadas entre 1940 y 1960 – es decir, mediados del siglo XX – ya que en este período crece exponencialmente la cantidad de compositoras y compositores chilenos. Con la existencia de diversos ciclos de conciertos y festivales, durante este período la música chilena estuvo muy presente en los teatros y salas de conciertos.

¿Y cuál es tu opinión sobre el rol de las mujeres en esa historia musical?

Creo que ya existe un consenso en que las mujeres han sido invisibilizadas en las grandes narrativas de la historia de la música y que su contribución como creadoras, intérpretes y gestoras ha sido mucho mayor de lo que sabemos. Sin embargo, me parece que estos últimos años hemos avanzado mucho en reconocer los vacíos de la historia musical y ahora estamos en la tarea de llenarlos con contenidos relevantes. Me manifiesto optimista en este sentido, ya que tanto investigadoras/es como intérpretes están trabajando activamente en dar a conocer la obra de mujeres compositoras, aunque aún nos falta avanzar más en el conocimiento de las biografías de intérpretes, tanto instrumentales como vocales.

¿A cuál artista mujer sientes que le ha faltado un mayor reconocimiento por sus aportes?

Personalmente soy una gran admiradora de la compositora chileno-alemana Leni Alexander (1924-2005) y me parece importante recordarla este año en el que conmemoramos el centenario de su nacimiento. Alexander fue una compositora muy original y, aunque en vida fue reconocida por sus pares tanto chilenos como extranjeros, solamente en los últimos años se ha comenzado a revalorar su figura. Actualmente sus obras se han vuelto a incorporar en la programación de las orquestas chilenas, en festivales y proyectos de edición de discos, pero igualmente queda una gran parte de sus obras para volver a interpretar y grabar, además de una gran tarea pendiente para editar ojalá sus partituras y hacerlas más accesibles.

¿Cómo ves nuestra escena musical y cuáles desafíos pendientes tenemos como país?

Creo que nuestra escena musical se ha recuperado tras la pandemia y existe actualmente mucha actividad vinculada a diversos estilos musicales. Valoro positivamente el fortalecimiento de proyectos musicales en regiones distintas a la Metropolitana. Me parece que un desafío importante es avanzar en políticas de fomento que le den continuidad a diversas iniciativas musicales, que hoy en día están sujetas a la concursabilidad, lo que dificulta pensar en desarrollos al mediano y largo plazo. Otro desafío sería lograr descentralizar las políticas de fomento de la música, para que cada región pueda definir sus énfasis en línea con las particularidades de cada territorio, y naturalmente continuar avanzando en paridad de género.

¿Cuál es la importancia de un concurso con enfoque de género como “Mujeres en la Música” en nuestro desarrollo cultural?

Un concurso como este no solamente ofrece un espacio para que las cantantes chilenas den a conocer su talento, sino que también las apoya en el período posiblemente más complejo de su carrera: el que se localiza más o menos entre el término de sus estudios y el salto a una carrera profesional. De esta manera, el concurso se suma a las aún escasas iniciativas que apoyan la inserción profesional de los intérpretes chilenos y, como ha quedado demostrado en las trayectorias de las finalistas y ganadoras de versiones anteriores, dicha inserción no solamente ha sido nacional, sino que en muchos casos internacional. Por otra parte, al ser un concurso con enfoque de género, este certamen ha dado el pie para que se reflexione sobre el gran talento de las mujeres intérpretes en nuestro país. Con las cuatro versiones del concurso ya realizadas, salta a la vista que si algo no nos falta, es grandes voces femeninas.

¿Qué consejo le darías a las jóvenes que están iniciándose en una carrera musical?

Como musicóloga, les recomendaría que escuchen mucha música y que intenten ir a todos los conciertos que puedan, ya que esto no solamente educa en el conocimiento de repertorios y cultura general, sino que también educa el oído y sensibiliza sobre las diferencias y matices entre diversos estilos. Me parece que muchas veces las interpretaciones que más nos impresionan, vienen de cantantes que trabajan inteligentemente en las sutilezas de los diversos lenguajes musicales. También les recomendaría integrar obras chilenas en su repertorio, para ser embajadoras de la creación chilena tanto en Chile como en el extranjero.

 

Créditos Fotográficos: Anastasia Dittmann