En el histórico entorno del Arsenal de Venecia, un antiguo astillero bizantino del siglo XII que ahora alberga la Bienal de Arte, se erige una obra que ha capturado la atención de críticos y visitantes por igual: “Mamita Montaña”. Esta colorida instalación, creada por la artista Valeria Montti Colque, es la pieza central del Pabellón de Chile y ha sido destacada por la revista francesa Beaux Arts como “una de las lindas sorpresas de esta bienal”.
Inaugurada el 20 de abril, la Bienal de Venecia es la feria de arte más extensa y popular del mundo, atrayendo cerca de un millón de visitantes hasta su cierre el 24 de noviembre. Este año, bajo la dirección del brasileño Adriano Pedroso y con el lema “Strangers Everywhere” (Extranjeros en todas partes), 300 artistas de 90 países abordan temas como la migración, los desplazados, la herencia colonial y la crisis ambiental.
En este contexto, la obra de Valeria Montti Colque se destaca por su entramado de memorias y su poder imaginativo, según comentó el crítico Ben Luke de The Art Newspaper. “Cada persona que entra a verla tiene su historia, y tal vez puedan entenderme a mí o a la gente que vive en la diáspora”, explica la artista.
Hija de chilenos exiliados, Valeria Montti Colque nació en 1978 en Söderhöjden, Suecia. Con su proyecto “Cosmonación”, curado por Andrea Pacheco, ganó el concurso convocado por el Ministerio de las Culturas de Chile el año pasado, siendo la primera artista nacida fuera de Chile en representar al país en la Bienal de Venecia.
La elección de Montti Colque no estuvo exenta de controversia. La pérdida del pabellón histórico de Chile en la bienal, debido a problemas de reserva, llevó a buscar un espacio alternativo en el Arsenal, lo que provocó la renuncia de varios artistas renombrados. A pesar de las dificultades, la artista y su equipo trabajaron contrarreloj para crear la instalación.
“Mamita Montaña” es una escultura de seis metros de alto por siete de ancho, cubierta de textiles, dibujos, fotografías y pequeños símbolos, representando un refugio para exiliados, desplazados y migrantes. La obra forma parte de “Cosmonación”, que, según Montti Colque, es “la nación imaginaria de quienes tenemos muchas raíces y culturas y creamos una nueva”.
Montti Colque trabajó intensamente con su familia y amigos para completar la instalación a tiempo. “Mi mamá estuvo cosiendo y tejiendo, y mi papá y otros amigos me ayudaron a armar la montaña, que llevamos a Venecia desde Suecia”.
Valeria Montti Colque, cuyo primer nombre es Gunnel en honor a una benefactora sueca, ha navegado las complejidades de la identidad desde temprana edad. Creció entre las memorias chilenas de su familia y la sociedad sueca, lo que la llevó a explorar su identidad y pertenencia a través del arte.
A los 14 años, visitó Chile por primera vez, y más tarde recorrió América Latina para conocerla por sí misma. Estas experiencias alimentaron su práctica artística, que combina diversas técnicas y materiales para expresar temas como la identidad, los sueños, la naturaleza y la maternidad.
La instalación de Montti Colque en la Bienal de Venecia ha sido recibida con elogios y orgullo por parte de la comunidad chilena y los visitantes internacionales. Su trabajo no solo refleja su historia personal, sino también las experiencias compartidas de exiliados y migrantes en todo el mundo.
“Cosmonación” y “Mamita Montaña” invitan a los visitantes a reflexionar sobre la naturaleza fragmentaria de la identidad y la riqueza de la diversidad cultural, destacando que, en la encrucijada de la identidad, todos estamos conectados por hilos invisibles que trascienden las barreras del tiempo y el espacio.
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